Muchas veces estamos tan atrapados en el estrés y la ansiedad que olvidamos que en realidad tenemos el control sobre cómo enfrentamos las cosas. A veces, parece que la vida nos arrastra y olvidamos que nuestras reacciones son lo único que realmente podemos manejar. Relajarse no significa rendirse, sino soltar un poco ese peso de sentir que todo debe estar bajo control todo el tiempo. A veces, la clave está en aceptar lo que no podemos cambiar y tener paz con lo que sí.
La primera vez que sufrí la parálisis facial me daba mucha vergüenza mostrarme públicamente, pero cuando sufrí la segunda parálisis decidí mostrar todo el proceso e intentar ayudar a todas esas personas que están pasando por situaciones similares. Gracias a todo el increíble apoyo que he recibido he tenido la oportunidad de hablar sobre ello ante todo un país. Gracias una vez más a todos vosotros por todo el cariño y apoyo que he recibido. Os mando mucha fuerza a todos los que estáis pasando por situaciones complicadas y espero que pronto queden en historias ❤️🩹
Casi me pierdo una vez. Y no fue de un día para otro. Fue en silencios prolongados, en el agotamiento emocional, en callarme lo que sentia por miedo a incomodar. En decir "estoy bien" cuando en realidad solo estaba sobreviviendo. Pero volví. Volví a mí. A lo que soy. A lo que siento. A lo que valgo. Porque entendí que nadie viene a rescatarte si tú no decides luchar por ti. Hoy tengo claro que no me volveré a perder. Porque me debo a mí. Porque vivir no es solo respirar, es sentir, es estar presente, es cuidarte de verdad.